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Como campos electromagnéticos (CEM) se consideran los campos eléctricos y magnéticos estáticos y las radiaciones electromagnéticas no ionizantes comprendidas entre las frecuencias de 0 Hz a 300 GHz.
Incluyen por tanto:
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Aquí respondemos a algunas de las dudas básicas campos electromagnéticos.
Los campos electromagnéticos son perturbaciones en una zona del espacio que se originan como consecuencia de la existencia de cargas eléctricas, de corrientes eléctricas o de imanes permanentes en dicha zona. Son líneas de fuerza invisibles para el ojo humano.
La presencia de una carga eléctrica originará un campo eléctrico (E) estático, que no varía en el tiempo, y la existencia de una corriente eléctrica originará un campo eléctrico y campo magnético (H) asociados. Así mismo, un imán que genera un flujo magnético variable va a producir una corriente eléctrica; es el fenómeno conocido como inducción electromagnética.
Por lo tanto, los campos eléctricos y magnéticos van a estar siempre asociados los unos a los otros. Sólo en el caso de campos estáticos (frecuencia 0 Hz) pueden considerarse independientes.
Los campos electromagnéticos variables viajan por el espacio en forma de radiaciones electromagnéticas, que son formas de propagación de la energía, y tienen diferentes características en función de la frecuencia y la longitud de onda, al igual que ocurre en el caso de la luz visible. En este caso, las longitudes de onda del espectro que se clasifican como campos electromagnéticos tienen unas longitudes de onda mayores y frecuencias menores que la luz visible, por lo que transmitirán una cantidad de energía menor.
Espectro electromágnetico.
En la Tierra, los campos electromagnéticos están presentes habitualmente, ya sea de forma natural u originados por el ser humano.
La Tierra genera un campo magnético permanente. El modo en que este campo magnético interactúa con los materiales magnéticos usados en las brújulas lleva siglos usándose en la navegación. Los imanes naturales también generan campos magnéticos estáticos.
Así mismo, también existen campos eléctricos naturales generados en la atmósfera debido a la acumulación de cargas eléctricas en las tormentas. La diferencia de tensiones que se origina así puede dar lugar a las grandes descargas de corriente eléctrica que son los rayos.
Por otra parte, los campos electromagnéticos pueden ser generados de forma artificial por el ser humano. Cualquier aparato eléctrico genera a su alrededor campos electromagnéticos.
Al igual que ocurre con el resto de ondas electromagnéticas, las clasificadas como campos electromagnéticos se pueden dividir en varias subclases en función de sus características físicas de frecuencia y longitud de onda. Cada uno de estos tipos tendrá unos rangos de energía asociados y por lo tanto unos efectos característicos al interactuar con la materia.
Los campos estáticos, sin embargo, no tienen asociada ninguna radiación, es decir, no implican una propagación de energía. Se pueden asemejar a una onda electromagnética de frecuencia 0 Hz.
Se originan por la presencia de cargas eléctricas sin que exista una corriente. Toda carga crea a su alrededor un campo eléctrico (E). E es una magnitud vectorial por lo que tendrá un valor numérico, una dirección y un sentido. Los campos estáticos no varían en el tiempo.
Los campos magnéticos (H) son producidos por cargas en movimiento, es decir, por corrientes eléctricas o bien por imanes permanentes. H también es una magnitud vectorial. El campo magnético también puede especificarse con otra magnitud vectorial: densidad de flujo magnético (B).
Los campos magnéticos estáticos se originan por imanes permanentes o por electricidad circulando en forma de corriente continua.
Las cargas que se mueven de forma no uniforme, es decir, con corriente alterna (según una frecuencia en Hz) generan campos electromagnéticos variables. A la sucesión oscilante de campos eléctricos y magnéticos asociados viajando por el espacio se le denomina onda electromagnética.
Tipos de campos variables:
Los efectos de los campos electromagnéticos en el organismo humano llevan años estudiándose. Existen efectos constatados a corto plazo, como pueden ser el calentamiento de los tejidos o la inducción de corrientes en las extremidades, que son los que pretende prevenir la normativa de seguridad y salud vigente. Los efectos a corto plazo desaparecen cuando cesa la exposición.
Por el momento, no existen evidencias contrastadas de efectos debidos a exposiciones a largo plazo, es decir, debidas a exposiciones sucesivas a campos electromagnéticos de baja intensidad; a pesar de que se han realizado un gran número de estudios en las últimas décadas éstos no han permitido llegar a una conclusión sólida.
Los efectos de los CEM en la salud van a depender fundamentalmente de la frecuencia y de la intensidad del campo.
Los efectos directos son los siguientes:
Los efectos indirectos se deben a la presencia de objetos en el campo. Entre ellos podemos encontrar, por ejemplo:
En España, los CEM están regulados por dos vías diferentes: una relativa a la protección del público en general y otra relativa a la protección de los trabajadores. La normativa de protección del público general establece unos límites más restrictivos que la de protección de los trabajadores.
El Real Decreto 299/2016, sobre la protección de la salud y seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a campos electromagnéticos establece una serie de medidas de protección que se deberán llevar a cabo en caso de contar con campos electromagnéticos peligrosos en el trabajo. Así mismo, establece los límites de exposición profesional destinados a proteger frente a los efectos directos, térmicos o no térmicos, y frente a los efectos indirectos.
Los valores límite se indican para cada intervalo de frecuencias a los que se produce un efecto determinado y están establecidos en términos de niveles de acción y de valores límite. A su vez se han establecido niveles de acción inferiores y superiores; para estos últimos las medidas a aplicar serán más restrictivas. Los valores límite se han establecido para efectos sensoriales y para efectos para la salud.
Estos límites no serán suficientes para la protección de los trabajadores con riesgos particulares, como por ejemplo los que tengan implantes o marcapasos, cuya protección pasa por el cumplimiento de las medidas establecidas para el público en general.
Para más información acerca de los límites de exposición profesional a CEM se recomienda consultar las guías, no vinculantes, de buenas prácticas para la aplicación de la Directiva 2013/35/UE sobre campos electromagnéticos, elaboradas por la Comisión Europea.
En general, los equipos eléctricos habituales presentes en la mayoría de los lugares de trabajo, tales como oficinas o comercios, no supondrán riesgos de exposición a CEM peligrosos. En estos casos, bastará con constatar que no existe ningún equipo que emita CEM peligrosos.
La guía europea no vinculante de buenas prácticas para la aplicación de la Directiva 2013/35/UE, sobre disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos (campos electromagnéticos), para ayudar a los empresarios a llevar a cabo una evaluación inicial de su lugar de trabajo, incluye un cuadro de situaciones de trabajo comunes. Dicho cuadro indica las situaciones que precisan de evaluaciones específicas para los trabajadores con implantes activos, para los demás trabajadores con riesgos particulares y para el conjunto de los trabajadores. Este cuadro puede servir de ayuda a la mayoría de los empresarios para determinar la presencia de CEM en el lugar de trabajo.
En el caso de que existiera la posibilidad de tener CEM peligrosos, de deberá comparar su intensidad con la establecida en los límites de exposición. En este caso se recomienda primero recurrir a la información facilitada por los fabricantes de los equipos. Si se sospechase que existe la posibilidad de superar los niveles de acción lo más acertado sería adoptar medidas adicionales de prevención y protección y en un último caso realizar mediciones para comparar con los valores límite.
En caso de ser necesario adoptar medidas preventivas, como siempre, deberán seguirse los principios de la acción preventiva establecidos en la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales. La medida más eficaz siempre será eliminar la posibilidad de que existan CEM mediante la utilización de tecnologías alternativas o limitar su emisión mediante la adquisición de equipos con medidas de protección intrínsecas.
La eliminación del riesgo, por lo general, sólo será posible en los casos en que se esté en la fase de diseño del proceso. Cuando las tecnologías y equipos ya estén implantados se pueden aplicar, entre otras, las siguientes medidas adicionales:
Recursos en internet relacionados con los campos electromagnéticos.
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