Ambiente térmico

El ambiente térmico del lugar de trabajo, aunque no sea extremo, puede influir negativamente en el bienestar de los trabajadores. En ambientes térmicos moderados, característicos de locales cerrados con aire acondicionado, no es extraño encontrarse con trabajadores que se sienten a gusto mientras que otros sienten calor o frío. Por ello, el confort térmico hace referencia a una sensación de neutralidad térmica.

El organismo humano necesita mantener su temperatura interna dentro de un estrecho margen de oscilación para garantizar el correcto funcionamiento de las funciones vitales. Desde el punto de vista fisiológico, se requiere una compensación entre las ganancias y las pérdidas de calor. Por otra parte, la experiencia ha demostrado que la sensación de neutralidad térmica para el conjunto del cuerpo se alcanza cuando dentro del equilibrio térmico, la temperatura de la piel y el sudor secretado no supera unos valores límites. Sin embargo, la falta de bienestar térmico puede deberse a una sensación incómoda de frío o calor en todo el cuerpo o en una parte del cuerpo.

Se puede concluir la imposibilidad de definir de forma exacta los parámetros de un ambiente confortable dado que evaluar el confort térmico suponer valorar sensaciones, lo que conlleva siempre una importante carga subjetiva.

Finalmente, señalar que en ambientes extremos, tanto por calor como por frío, el estudio se centra en garantizar que no se produzca un aumento de calor en el organismo al exceder los límites de los mecanismos fisiológicos de termorregulación del cuerpo humano.

El ambiente térmico del lugar de trabajo, aunque no sea extremo, puede influir negativamente en el bienestar de los trabajadores. En ambientes térmicos moderados, característicos de locales cerrados con aire acondicionado, no es extraño encontrarse con trabajadores que se sienten a gusto mientras que otros sienten calor o frío. Por ello, el confort térmico hace referencia a una sensación de neutralidad térmica.

El organismo humano necesita mantener su temperatura interna dentro de un estrecho margen de oscilación para garantizar el correcto funcionamiento de las funciones vitales. Desde el punto de vista fisiológico, se requiere una compensación entre las ganancias y las pérdidas de calor. Por otra parte, la experiencia ha demostrado que la sensación de neutralidad térmica para el conjunto del cuerpo se alcanza cuando dentro del equilibrio térmico, la temperatura de la piel y el sudor secretado no supera unos valores límites. Sin embargo, la falta de bienestar térmico puede deberse a una sensación incómoda de frío o calor en todo el cuerpo o en una parte del cuerpo.

Se puede concluir la imposibilidad de definir de forma exacta los parámetros de un ambiente confortable dado que evaluar el confort térmico suponer valorar sensaciones, lo que conlleva siempre una importante carga subjetiva.

Finalmente, señalar que en ambientes extremos, tanto por calor como por frío, el estudio se centra en garantizar que no se produzca un aumento de calor en el organismo al exceder los límites de los mecanismos fisiológicos de termorregulación del cuerpo humano.

Para estudiar con detalle el confort térmico, el método Fanger, desarrollado en la norma técnica UNE EN ISO 7730:2006, ofrece un método objetivo que evalúa el grado de incomodidad de personas sanas en ambientes térmicos moderados, es decir, con desviaciones ligeras respecto de la neutralidad térmica. La valoración se realiza en base al porcentaje de trabajadores insatisfechos en el ambiente objeto de análisis.

La evaluación de ambientes térmicos calurosos se realiza de dos formas. El método basado en el índice WBGT, recogido en la UNE EN 27243, es un procedimiento sencillo y rápido que permite afirmar o descartar la existencia de riesgo, sin determinar las variables del mismo. Para localizar los factores a corregir, se utiliza el método descrito en la norma UNE-EN ISO 7933 “Determinación analítica e interpretación del estrés térmico mediante el cálculo de la sobrecarga térmica estimada”.

La exposición a ambientes fríos se estima mediante del índice IREQ, contenido en la norma UNE ENV ISO 11079. Este índice cuantifica el aislamiento térmico necesario que debe proporcionar la vestimenta para evitar la pérdida de calor que provoque un enfriamiento general del cuerpo.

Un ambiente térmico poco confortable puede originar fatiga, insatisfacción, malestar, lo que conlleva dificultad para realizar las tareas y la disminución del rendimiento físico y mental con la consiguiente reducción de la productividad. También puede ocasionar un incremento de las distracciones, debido a las molestias ocasionadas, influyendo estas distracciones en la producción de accidentes laborales. Además, es origen de múltiples quejas.

Por último, mencionar brevemente los efectos de los ambientes extremos por calor o frío. Un ambiente caluroso puede ser origen de golpe de calor, agotamiento por calor, deshidratación y déficit salino sino se adoptan las oportunas medidas de prevención. La exposición al frío es causa de otros daños severos como la hipotermia y la congelación.

La medida preventiva fundamental consiste en adecuar el sistema de climatización para el cumplimiento de las condiciones ambientales establecidas en las normas legales que regulan esta materia. La principal normativa es el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. En zonas geográficas con condiciones termohigrométricas alejadas de las consideradas confortables, otra medida relevante es el aislamiento térmico de los locales.

En ambientes muy calurosos las medidas deben ir destinadas a eliminar o controlar el foco, mediante apantallamiento de las fuentes. También se puede actuar en el medio de transmisión, mediante el control de la ventilación, tanto general como localizada. Medias organizativas como el control de los tiempos de exposición y tiempos de recuperación, así como disminuir en la medida de lo posible, la actividad física mientras dura la exposición a altas temperaturas, también son medidas muy eficaces. Por último se incidirá en medidas adoptadas directamente sobre el trabajador.

En ambientes fríos, las medidas más eficaces se centran en el uso de ropa de protección adecuada al frío, la eliminación de tareas sedentarias y la limitación del tiempo de exposición. El Real Decreto 1561/1995, de 21 de septiembre sobre jornadas especiales de trabajo regula los tiempos de trabajo en cámaras de refrigeración y congelación.