Candida glabrata

Humano (piel, cavidad oral, tracto gastrointestinal y genitourinario), plantas y suelo ⁽¹⁷⁾.

Humanos.

Se desconoce en la actualidad.

C. glabrata presenta una alta tolerancia al estrés ambiental, pudiendo sobrevivir en superficies de 102 a 150 días. Tolera temperaturas de hasta 43 ˚C-45 ˚C, siendo su temperatura óptima de crecimiento de 35 ˚C-37 ˚C; los ambientes con elevada humedad (> 70 %) favorecen su persistencia ^{(5) (10) (14)}.

No presenta formas de resistencia.

La transmisión se produce por contacto a través de la piel y las mucosas y por vía parenteral. Es frecuente la transmisión nosocomial. Se ha documentado que existe transmisión por contacto a través de las manos del personal sanitario y biomateriales y superficies inanimadas ^{(8) (15)}.

C. glabrata suele formar biopelículas en sustratos inertes, especialmente en dispositivos médicos, por lo que la infección también se asocia al uso de catéteres intravenosos ^{(1) (15)}.

Dérmica. Mucosas. Parenteral.

Mundial.

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Históricamente este microorganismo era considerado un hongo saprófito no patógeno; sin embargo, la frecuencia de infecciones producidas por este agente ha aumentado significativamente en los últimos años. Actualmente es una de las causas más frecuentes de candidiasis después de C. albicans; su prevalencia varía según el área geográfica ^{(3) (13)}.

A diferencia de otras especies de Candida, la incidencia de C. glabrata es mayor en adultos que en niños, y menor en recién nacidos ⁽¹²⁾.

Produce candidiasis o moniliasis, una infección superficial que afecta a la piel (intertrigo), a las uñas (paroniquia o perionixis) y a las mucosas (oral, genitourinaria o digestiva). En la cavidad oral se considera un patógeno oportunista y fundamentalmente se aísla en candidiasis vulvovaginal. Los síntomas son leves, como enrojecimiento, picazón y malestar ^{(13) (15)}.

En general, afecta en mayor medida a pacientes inmunocomprometidos, debilitados o ingresados en las UCI, en los que puede producir micosis sistémica grave y candidemia, con altas tasas de mortalidad ⁽¹²⁾. Se asocia a un uso previo de medicamentos antibacterianos y antifúngicos, al uso de catéteres intravenosos o una hospitalización prolongada ⁽⁸⁾.

Se ha documentado que puede producir infecciones mixtas, en asociación con otras especies de Candida ^{(13) (15)}.

No se han descrito.

No se han descrito.

No se han descrito.

Hasta el momento no se ha hallado relación entre la infección y la evolución del embarazo. No hay datos concretos de C. glabrata, pero se ha documentado que la levadura del género Candida puede considerarse un patógeno para el neonato, dando lugar a candidiasis perinatal.

Puede producir candidiasis cutánea congénita, que es una infección intrauterina que se adquiere por vía ascendente desde el tracto genital de la madre y se manifiesta de forma sistémica o cutánea en los seis primeros días de vida.

Por otro lado, puede causar candidiasis cutánea neonatal, que es una infección adquirida durante el parto al pasar por el canal del parto o posnatalmente. Se caracteriza por la candidiasis oral y la dermatitis del pañal.

A pesar de la alta prevalencia de candidiasis vaginal durante el embarazo, las candidiasis perinatales son cuadros poco frecuentes. Concretamente, la incidencia de C. glabrata en recién nacidos es baja ^{(4) (10) (11)}.

Hipoclorito sódico > 0,39 % durante un minuto; hipoclorito sódico al 0,825 % (dilución 1:10) durante un minuto; ácido peracético 1200 ppm, peróxido de hidrógeno < 1 % y ácido acético durante tres minutos; peróxido de hidrógeno al 1,4 % durante tres minutos y al 0,5 % durante diez minutos ⁽²⁾.

No hay información específica para C. glabrata, pero la mayoría de las especies del género Candida se inactivan con vapor saturado a 121 °C durante al menos 15 minutos. La radiación ultravioleta puede contribuir a la eliminación de biopelículas de Candida ⁽⁶⁾.

Las infecciones por C. glabrata son difíciles de tratar por sus características genéticas. Presentar un genoma haploide hace que se facilite la adquisición de resistencia secundaria a ciertos medicamentos antimicóticos, como son los comúnmente utilizados azoles, principalmente el fluconazol ^{(8) (12) (13)}.

Por otro lado, sí es susceptible, generalmente, a los derivados poliénicos, como la nistatina y la anfotericina B, y tiene una alta sensibilidad a la 5-fluorocitosina ⁽¹⁴⁾. También es utilizado el tratamiento antifúngico con equinocandinas contra C. glabrata; sin embargo, se ha observado una disminución de la susceptibilidad a este tratamiento, ya que se han detectado algunas cepas resistentes ^{(9) (11)}.

No disponible.

Evitar el exceso de humedad y de temperatura en los locales de trabajo.

Orden y limpieza en el lugar de trabajo, limpieza y desinfección de instalaciones, equipos y herramientas.

Guardar la comida en lugares y condiciones adecuadas (refrigeración), no comer en el lugar de trabajo, ni con la ropa o manos sucias.

Higiene personal, mantener la piel limpia y seca, especialmente en las zonas de los pliegues, lavado de manos después de tocar materiales o elementos potencialmente contaminados. Utilizar ropa de trabajo que permita la transpiración y evite la sudoración excesiva. Cambiarse la ropa o el calzado mojado o húmedo.

No compartir objetos personales.

En hospitales o centros sanitarios, adoptar las Precauciones Estándar ⁽¹⁹⁾.

Protección de las manos: guantes de protección frente a microorganismos para manipular sustancias, pacientes o equipos que pueden estar contaminados (véase la NTP 1143) ⁽¹⁸⁾.

Protección ocular: gafas de protección de montura universal en caso de riesgo de contacto accidental mano/guante contaminado-ojo, o pantalla de protección facial en caso de riesgo de exposición por salpicaduras (símbolo de marcado en montura: 3).

Nivel de contención: 2

Los principales riesgos son la exposición de las mucosas a gotas o aerosoles, el contacto con fluidos y tejidos infecciosos, la inoculación y la ingesta accidental.

Las muestras más peligrosas son especímenes biológicos como el esputo, lavados bronquiales, heces, orina, tejidos (piel o mucosa), exudados de heridas, líquido cefalorraquídeo y sangre.

Se requieren las prácticas y la contención de un nivel 2 de bioseguridad. Limitar el número de trabajadores que tienen acceso al laboratorio y velar por el cumplimiento de las medidas higiénicas. Aplicación de procedimientos adecuados de limpieza y desinfección. Limitar el empleo de material cortante o punzante. Utilizar cabina de seguridad biológica en aquellas operaciones que impliquen la generación de aerosoles, proyecciones o salpicaduras. Uso de ropa de trabajo. Utilizar guantes de protección frente a microorganismos en el caso de contacto con muestras contaminadas.