COVID-19: el papel esencial de la prevención de riesgos laborales
Editorial de la revista Seguridad y Salud en el Trabajo nº 103
Las preocupaciones y prioridades en el mundo de la seguridad y salud en el trabajo de los próximos años se van a ver condicionadas por la pandemia de la COVID-19, que está sacudiendo nuestra sociedad y poniendo en cuestión muchos de los paradigmas industriales, laborales y sociales con los que convivíamos hasta hace poco tiempo.
La mayoría de los gobiernos han tenido que adoptar medidas excepcionales, impensables hace apenas unos meses. No solo se han visto afectadas libertades individuales como la movilidad y el derecho de reunión, también las relaciones personales, sociales, así como el mercado de trabajo, las formas de trabajo y de consumo, las relaciones laborales y la protección social y en su conjunto la sociedad del Trabajo.
Los daños para la salud van más allá de las trágicas consecuencias inmediatas en el incremento de la mortalidad esperada, el estado de salud física y emocional o la prueba de estrés de los sistemas sanitarios que ha supuesto esta crisis. Los daños se proyectan en un futuro a medio y largo plazo, en la esfera de las personas por los efectos crónicos, que ya se están identificando, y en la esfera social por el incremento del riesgo de pobreza que, sin lugar a dudas, constituye el determinante de la salud más relevante.
La vuelta al trabajo en la “nueva normalidad” hace necesaria una reorientación de la actividad en prevención de riesgos laborales en la que se deben integrar las medidas de prevención frente a la COVID-19 en la gestión de la seguridad y salud en el trabajo, por lo que se hace imprescindible el papel de los profesionales en este ámbito. Se ha puesto de manifiesto, más que nunca, la necesidad de aplicar los principios básicos de la prevención, estableciendo protocolos que incluyan los pasos a seguir para organizar un retorno al trabajo seguro y saludable.
Por ello, es necesario revisar las evaluaciones de riesgos para integrar de forma coherente las nuevas medidas preventivas y de control adecuadas para garantizar, a medio y largo plazo, unas condiciones de trabajo seguras y sanas en un contexto laboral modificado en el que se abren nuevos retos para los servicios de prevención como la PRL y el teletrabajo, la vigilancia de la salud a través de la telemedicina, la formación del trabajador mediante plataformas de e-learning, la información al trabajador mediante una e-prevención.
Durante un largo período, hasta que sean accesibles la vacuna o tratamientos eficaces, tendremos que asegurarnos de que se apliquen medidas de prevención y control, identificando los puntos críticos para minimizar el riesgo: con el distanciamiento interpersonal; instalando barreras físicas o pantallas para asegurar la separación física entre los trabajadores que comparten un espacio; entre los trabajadores y terceros como clientes, proveedores y usuarios; y limitando aforos en diferentes áreas (salas de reuniones, oficinas, talleres, comedores, ascensores, baños, vestuarios y otros espacios comunes).
A esto se debe sumar la ingeniería sanitaria, la higiene industrial y la ergonomía ambiental para garantizar una correcta ventilación, asegurando la instalación y el mantenimiento adecuados de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado.
Otra medida importante debe ser evitar la concentración de los trabajadores, principalmente en caso de utilización de transporte colectivo. Para ello, será preciso organizar, en la medida de lo posible, opciones de movilidad específicas promovidas por la empresa, facilitar horarios de llegada y salida escalonados o flexibles para evitar el uso masivo del transporte y la aglomeración en las entradas y salidas.
Es evidente que la sobreinformación vivida estos meses ha saturado nuestra capacidad de aplicar todos los mensajes que nos llegan, por eso es muy importante que se disponga de señalización u otro material gráfico, en lugares visibles del lugar de trabajo, con las medidas preventivas que se tomarán contra un repunte de la COVID-19.
En este sentido, es muy importante mantener una limpieza y desinfección estrictas y aumentar su frecuencia, en particular en las zonas de mucho tránsito y en aparatos, utensilios, etc. de uso compartido.
Para ello, las organizaciones laborales deben garantizar a los trabajadores las condiciones y los medios necesarios para lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 40 segundos o con un gel desinfectante con un mínimo de un 60% de alcohol durante al menos 20 segundos. Para ello, es necesario disponer de instalaciones para lavarse las manos o gel de alcohol en la entrada y en el lugar de trabajo.
Finalmente, la protección personal y colectiva es quizás uno de los elementos que más confusión ha generado. La identificación de los equipos de protección individual (EPI) apropiados, relacionados con las tareas y los riesgos para la salud y la seguridad a los que se enfrentan los trabajadores, según los resultados de la evaluación del riesgo y el nivel de riesgo es una tarea que debe ser realizada por profesionales de la prevención. Algo similar ocurre con la vigilancia del estado de salud: es muy importante definir protocolos para permanecer en casa para quienes tienen síntomas o confirmación de contagio e identificar a las personas que han tenido contacto cercano con personas infectadas con COVID-19. En estos casos, se seguirán las instrucciones del servicio de prevención, en coordinación con los profesionales de la salud del sistema sanitario.
La actuación del INSST en este periodo de fase aguda de la crisis sanitaria ha desplegado su conocimiento técnico a fin de colaborar en un mejor control del riesgo. Para ello, en un espacio web específico para la COVID-19 ha publicado 67 documentos técnicos, entre guías, protocolos y otros documentos divulgativos, en particular relativos a las características y uso de equipos de protección. A este respecto, nuestro Centro de Medios de Protección con sede en Sevilla ha realizado hasta el mes de junio un total de más de 700 ensayos.
A día de hoy, esta grave pandemia no ha sido derrotada, pero sin duda que estamos cada día mejor preparados para afrontarla. En este objetivo, el INSST seguirá volcando todo su conocimiento técnico y científico y el fuerte compromiso de sus profesionales.