La manipulación de productos químicos potencialmente cancerígenos en los laboratorios - Año 1986
- Código: DT.43:86
- NIPO: 211-86-004-8
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Resumen
Durante el siglo XX se ha visto cómo, junto con los mayores progresos que ha hecho la humanidad en disciplinas como la ciencia, la tecnología y el bienestar social, el cáncer ha avanzado espectacular y dramáticamente hasta convertirse en la segunda causa de mortalidad mundial, tras las enfermedades del sistema cardiovascular. Cada año, cientos de miles de nuevos casos son diagnosticados, y las estadísticas nos dicen que un ser humano de cada cinco tendrá un cáncer, y que uno de cada seis morirá a causa del mismo.
Al observar el paralelismo entre desarrollo de la sociedad industrializada, por una parte, y el avance del cáncer, por otra, se ha tendido en ocasiones a establecer una relación de causa-efecto, llegando incluso a asumir la idea de que, en cierta manera, es un producto que se paga por el desarrollo al que hemos accedido. Este punto de vista es equivocado: en primer lugar, el cáncer no es una enfermedad propia de las sociedades desarrolladas, sino que es tan vieja como la humanidad misma. En segundo lugar, el cáncer se halla también muy extendido en los países del tercer mundo, si bien los tipos de tumores más frecuentes en dichos países (de boca, riñón o hígado) son diferentes de los tipos más frecuentes en las sociedades más desarrolladas (pulmón, mama, colon y recto).
Es evidente, además, que el cáncer ha avanzado porque otras causas de mortalidad han disminuido de una manera drástica, especialmente enfermedades infecciosas que hasta finales del siglo pasado originaban epidemias alcanzando a grandes capas de la población, gracias al avance que supuso el descubrimiento de técnicas inmunológicas, así como a la síntesis y producción de antimicrobianos eficaces y al establecimiento de programas de salud pública. Todo ello ha originado que en muchos países la esperanza de vida media haya sobre pasado largamente los 50-60 años, edades que son las más apropiadas para el diagnóstico de tumores, cuyo período de latencia es de muchos años, incluso décadas.
Las encuestas de opinión demuestran que en los países mas desarrollados el cáncer es la enfermedad más temida, llegando incluso a un verdadero estado de "psicosis de cáncer", y así no es raro que en los medios de comunicación se haga propaganda de las ventajas de ciertas dietas contra el cáncer, o bien que se hagan catastróficas premoniciones sobre colectividades de población que viven cerca de núcleos fuertemente industrializados. De hecho, esta enfermedad presenta unas peculiaridades que la hacen específicamente temible:
- Es insidiosa, con lo que generalmente los primeros síntomas clínicos no aparecen hasta que el tumor está muy desarrollado, lo cual reduce notablemente las posibilidades de tratamiento y la esperanza de curación.
- Afecta muy frecuentemente a personas de edad media (40-50 años), cuyas expectativas de vida a estas edades son todavía muy notables, aparte de que se trata de un intervalo de tiempo en el que muchas personas alcanzan el cénit personal (familiar, profesional), lo que contribuye a que el shock psicológico sea aún más brutal.
- Es una enfermedad grave, con una tasa de mortalidad alta, si bién ésta depende del tipo de tumor, su localización y del grado de desarrollo a que haya llegado en el momento de la detección.
- Los tratamientos convencionales (cirugía, radioterapia y quimioterapia) son tanto física como psiquicamente penosos, y nunca desaparece la angustia por la posible reproducción del tumor, bien en el mismo órgano o tejido o bien en otro punto más alejado, debido a la metástasis.
- En el caso de tratarse de un cáncer irreversible, el proceso de terminación suele ser una auténtica tortura, tanto para el enfermo como para los familiares que le rodean.
Hoy se sabe que las causas del cáncer son muy complejas, combinando factores inherentes al individuo con factores del ambientales.