La iluminación en los lugares de trabajo - Año 1994

Cada vez se admite más el que una buena iluminación facilita enormemente una tarea con una productividad elevada, y asegura a su personal condiciones de trabajo satisfactorias que les permita trabajar con plena eficacia y precisión, al precio de un mínimo de fatiga.

Esta guía pretende ser de utilidad a los técnicos prevencionistas, dando unos criterios básicos que permitan alcanzar un ambiente visual aceptable, en términos de cantidad y calidad de luz, siempre teniendo en cuenta las propiedades fisiológicas de la persona, y todo ello del modo más económico posible.

Muchas veces el ojo humano se aprovecha de la capacidad natural que tiene para acostumbrarse a su entorno, pero su bienestar, su estado de ánimo y su fatiga se ven afectados por la luz y el color. Sin luz, las cosas que están alrededor carecerían de color, forma y perspectiva. Por tanto, el hecho de que la luz y el color afectan al bienestar del hombre, al igual que el ambiente térmico y la acústica, es un estímulo para buscar combinaciones óptimas de luz y color para cada lugar de trabajo y cada puesto de trabajo.
Por otra parte, tan perjudicial puede ser el exceso como el defecto de nivel de iluminación. Además, tanto la composición espectral de la luz como la disposición del color del entorno, merecen toda atención.

En el mundo laboral existe una gran variedad de tareas visuales y de ambientes asociados. Para cada asociación de tarea visual y de ambiente, puede existir varios modos de alumbrado que den una adecuada iluminación. Es pues imposible enunciar reglas utilizables para todos los casos y un estudio específico será a menudo necesario.

Sin embargo, hay que señalar que un buen sistema de iluminación no se limita a prever un nivel mínimo de iluminación sobre el plano de trabajo; aunque de importancia indiscutible, esta condición previa siempre se acompaña de otras que son tan esenciales como ella.

Después de un trabajo en malas condiciones de iluminación puede aparecer una fatiga visual y del sistema nervioso central, resultante del esfuerzo requerido por interpretar señales insuficientemente netas o equívocas y parcialmente una fatiga muscular, por mantener una postura incómoda.

Entonces no es extraño aceptar cada vez más que solo puede hacerse una evaluación completa de la importancia de la luz y del color de cara a conservar la salud del trabajador si se tienen en cuenta todos estos factores.