Esmeriladoras de bancada. Condiciones de seguridad e higiene - Año 1992
- Código: DT.70:92
- NIPO: 211-93-007-1
Precio
Publicación gratuita
Resumen
El trabajo de esmerilado y rebabado está extendido de una forma general en la mayoría de los procesos industriales. Pese a que hoy en día se ha reducido este tipo de trabajo, en parte por la entrada de nuevas máquinas, con la aplicación del CNC y nuevas tecnologías y, por otro lado, por el gran avance de control de calidad que han experimentado las fundiciones. Por ambas cosas, el sistema de trabajo de piecerío, bancadas, soportes, etc... llega a los talleres con mejor acabado y, sobre todo, con una mayor precisión en cuanto a su dimensionado. No obstante, existen algunas piezas que, por un motivo u otro, requieren un retoque final en su acabado, eliminación de rebabas y recortes, reducción de dimensiones, etc... siendo necesario recurrir a máquinas de desbaste, unas veces con máquinas portativas y otras con máquinas fijas de bancada de uno o dos cabezales.
La particularidad de las esmeriladoras fijas es la velocidad, las dimensiones y la masa de las muelas, siendo éstas muy variables.
Por otra parte, la intervención del operario en el trabajo de las mismas es directo, ya que sostiene la pieza a pulso con las manos, mientras aplica una presión detenninada de la pieza contra la muela. De aquí, que ciertas intervenciones son particularmente peligrosas y requieren un tratamiento especial en cuanto a diseño y utilización de dichas máquinas.
Las esmeriladoras de bancada fija, están equipadas con una o dos muelas, siendo su naturaleza aglomerante vitrificado o resinoide, en ambos casos son unos útiles frágiles que pueden presentar fisuras, tanto en el almacenamiento, durante su manutención o utilización. En todos los casos los fragmentos despedidos pueden causar graves accidentes.