Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo en la Industria de la Madera - Año 1990

Cuando, en 1987, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo define su plan de acción a medio plazo, para el trienio 1988-1990, uno de los objetivos fundamentales del mismo se centra en la realización de estudios de riesgos por sectores de actividad, en base a los cuales se pudiera llegar a disponer de los correspondientes "Mapas de Riesgos", como elemento descriptivo-valorativo previo, de carácter objetivo, sobre el que apoyar propuestas preventivas eficaces.

Por otro lado, la "Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo" realizada en ese mismo año -como inicio de una serie de estudios "globales" hasta entonces inexistentes-, puso de relieve el interés de este tipo de estudios, como método que permite un conocimiento rápido, global y facilmente actualizable, sobre el estado de las "Condiciones de Trabajo"; y que cuenta, además, con un elemento fundamental: la participación y la opinión de los trabajadores, en cuanto son los principales y más directamente afectados por dichas "Condiciones de Trabajo".

Continuar con la realización de "Encuestas" sobre las Condiciones de Trabajo, pero ya con un enfoque sectorial, que permita un mayor detalle y concreción en el estudio de las mismas, se consideró, por tanto, una línea de trabajo necesaria y que venía a complementar a la pertección la información proporcionada por los "Mapas de Riesgos".

Esta primera experiencia se centró en el sector de la Madera, realizándose en paralelo un estudio "objetivo" del sector -a través del análisis directo de los riesgos por parte de técnicos del INSHT y de varias CC AA- y una encuesta a los trabajadores, en la que, además de recabar la opinión de éstos respecto a determinados aspectos de las Condiciones de Trabajo, se incluyen datos sobre otras variables, no observables directamente en un estudio "objetivo".

El análisis de los datos procedentes de uno y otro estudio pone de relieve el interés de este doble acercamiento, por cuanto se refuerza la fiabilidad de los resultados -al resultar altamente coincidentes-, se obtienen matices imposibles de lograr a través del solo estudio directo de los riesgos y se consigue otra información complementaria, que permite una mejor valoración e interpretación de los fenómenos observados, de sus causas y de su probable evolución.

De ahí que su edición se realice simultáneamente, aunque en documentos separados, en los que se pueden encontrar las referencias, matices y valoraciones a que nos referimos. Todo ello con el ánimo que siempre ha guiado a este Instituto, de proporcionar la máxima información y orientación a las partes implicadas, que es a quienes corresponde mejorar las situaciones descritas.

Al plantear este doble enfoque en el campo del análisis y la mejora de las Condiciones de Trabajo, ninguna investigación puede pretender ofrecer, por si sola, un balance completo y definitivo de la situación de los trabajadores. A juzgar por los resultados de esta encuesta, la situación es, sin duda, compleja, y ello pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de establecer estrategias multidisciplinares en las que siempre ha de tener cabida la participación de los implicados como única vía real de mejorar las condiciones de trabajo.

Pero los datos obtenidos en esta investigación, de los cuales presentamos aquí su primer análisis, no se agotan en el presente informe. Permiten tratamientos posteriores más pormenorizados en función de análisis más concretos o como complemento y punto de partida de otros estudios sobre el tema en los que el Instituto está dispuesto y obligado a colaborar.