Cromo: aspectos clínico-toxicológicos - Año 1992

  • Código: DT.69:92
  • NIPO: 211-92-005-6

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Resumen

El cromo, a diferencia de otros metales, es un elemento relativamente moderno, ya que no fue descubierto hasta 1765, cuando P.S. Pallas, en Rusia, demostró que la crocoita (PbCrO4) además de contener plomo, también tenía cromo, si bien no fue aislado hasta 1797 por el químico francés Louis Vanquelin (Adams, 1983).

Su utilización industrial se inició en 1880, con un pigmento a base de cromato de plomo utilizado en la pintura amarilla de los carruajes. En 1820 se introdujo el dicromato potásico en la industria textil y a mediados del siglo XIX el ácido crómico era ampliamente utilizado en el curtido del cuero (Hunter, 1985).

Años más tarde, en 1913, H. Bearley observó accidentalmente, mientras experimentaba con aleaciones de acero, que una muestra desechada por contener un 14 % de cromo permanecía brillante, mientras el resto estaba herrumbrosa. Este hallazgo condujo al desarrollo del aceró inoxidable y paralelamente a su mayor utilización comenzaron a describirse sus efectos tóxicos. En 1890, Newman describió un caso de adenocarcinoma en un paciente con 20 años de exposición. Legge, en 1902, examinó a 176 trabajadores expuestos a bicromato potásico y observó alteraciones en el tabique nasal de 126 de ellos (Hunter 1985). Desde entonces, los estudios epidemiológicos llevados a cabo, principalmente en Alemania por Baetjer (1950), en USA por Mancuso (1951) y Hill & Ferguson (1979) y en Gran Bretaña por Bidstrup & Case (1956) han puesto claramente de manifiesto que el cáncer broncopulmonar tiene una mayor relevancia en los trabafadores expuestos a cromo (Hayes,1982; Langard, 1983).

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